El descubrimiento de la penicilina y posteriormente de los primeros antibióticos supuso un hito en la historia de la medicina moderna. Desde ese momento se comenzó a tratar la mayoría de las infecciones bacterianas, tanto en los seres humanos como en los animales. Su empleo generalizado ha cambiado de manera radical el tratamiento de numerosas afecciones, trastornos y revolucionado el campo de la cirugía.

Hoy por hoy, los antibióticos forman parte de los medicamentos más recetados en todo el mundo.

Uso inadecuado de los antibióticos

Sin embargo, su utilización requiere una gran responsabilidad, de tal forma que el uso inadecuado de los antibióticos se ha convertido en un gran problema en todo el mundo, debido a que puede ocasionar el fenómeno de resistencia bacteriana.

En este sentido, cabe señalar que en Europa alrededor de 33.000 personas mueren cada año como consecuencia de las infecciones hospitalarias causadas por bacterias resistentes a los antibióticos. Mientras, en España, en el año 2016, fallecieron un total de 2.956 personas como consecuencia de este tipo de infecciones.

El uso inadecuado de los antibióticos es un problema mundial

Por tanto, el desarrollo de bacterias resistentes a este tipo de medicamentos constituye, como hemos señalado más arriba, una de las amenazas más serias para la salud pública a nivel mundial, una amenaza cuya solución también está en manos de todos, depende de cada uno de nosotros darle un uso correcto a los antibióticos.

Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos

Por este motivo, desde 2008, cada año se celebra el 18 de noviembre el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, una iniciativa impulsada por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC). Su objetivo es concienciar sobre los riesgos asociados al uso inadecuado de los antibióticos y realizar un llamamiento al consumo responsable, tanto en salud humana como en sanidad animal, para prevenir la aparición y el desarrollo de resistencia a los antimicrobianos. Hoy, El Boticario en Casa se une a este Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos.

En su campaña sobre la resistencia a los antibióticos, el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) nos aclara que, como consecuencia de su uso incorrecto, los antibióticos están perdiendo eficacia de tal forma que, si seguimos consumiéndolos al ritmo actual, Europa podría sufrir un retroceso a la era anterior a los antibióticos, cuando una infección bacteriana corriente, como una neumonía, podía suponer una sentencia de muerte.

Las cirugías estarían en peligro con el uso incorrecto generalizado de los antibióticos

Además, manifiesta que tratamientos como trasplante de órganos, la quimioterapia o la cirugía se vería comprometidos. Y advierte: “Si no solucionamos este problema, en el año 2050 los expertos prevén un total de 40.000 muertes anuales por infecciones que antes eran fácilmente curables”.

Los riesgos de la automedicación

Si te han recetado un antibiótico para una enfermedad anterior y te has recuperado bien, puede ser tentador utilizar el mismo antibiótico cuando se presentan síntomas similares. Sin embargo, sólo un médico que te haya atendido puede determinar si una enfermedad invernal requiere tratamiento con antibióticos.

La toma de antibióticos, explica el PRAM, para combatir los resfriados y la gripe no te beneficiará. Además, los antibióticos pueden provocar desagradables reacciones adversas, como diarrea, náuseas o erupción cutánea. Tomar antibióticos para combatir infecciones bacterianas leves, como rinosinusitis, dolor de garganta, bronquitis o dolor de oídos es, a menudo, innecesario ya que en la mayoría de los casos nuestro sistema inmunitario es capaz de vencer tales infecciones. La mayor parte de las enfermedades invernales mejoran al cabo de dos semanas. Si los síntomas persisten, es importante consultarlo con el médico.

El medicamento correcto

Respecto al uso de los antibióticos, el PRAM afirma que el 80 % de las infecciones invernales que afectan a la nariz, los oídos, la garganta y los pulmones son de origen vírico, por lo que tomar antibióticos no las curará. La mayor parte de los síntomas de las enfermedades invernales puede aliviarse con otros medicamentos que pueden adquirirse sin receta. De tal forma que es el farmacéutico quien nos puede aconsejar y recomendar qué medicamento tomar.

La mayoría de las infecciones invernales se deben a un virus

El PRAM nos aclara que:

  • Los analgésicos alivian el malestar, el dolor y la fiebre.
  • Los antiinflamatorios, como las pastillas o aerosoles para la garganta, permiten tragar con más facilidad.
  • Los expectorantes orales ayudan a expulsar las secreciones de las vías respiratorias.
  • Los aerosoles y descongestivos nasales ayudan a respirar con más comodidad.
  • Los antihistamínicos alivian los estornudos, el picor y la obstrucción nasales.
  • Beber líquidos en abundancia y hacer algo de reposo ayudarán a mejorar cualquier enfermedad invernal.

PRAM y antibióticos ¿Qué se puede hacer?

El Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) detalla tres sencillos consejos en su campaña para el uso responsable de los antibióticos:

  • Toma antibióticos sólo cuando te los recete el médico.

Sigue siempre las recomendaciones de tu médico sobre cuándo y cómo usarlos. Completa el tratamiento prescrito y, si sobran, no los guardes ni los compartas con otras personas.

  • No olvides que no son eficaces contra resfriados ni gripe.

Los antibióticos sólo son eficaces para combatir infecciones bacterianas, no curan infecciones causadas por virus. No son analgésicos y no alivian el dolor o la fiebre.

  • El veterinario de tu mascota es quien decide su tratamiento.

Nuevamente, te recomendamos que siga siempre sus consejos y no mediques a tu mascota con los antibióticos que tienes en casa. La automedicación también es peligrosa para los animales.

Hay que seguir siempre las recomendaciones del médico o el veterinario a la hora de tomar antibióticos

Y recuerda: el uso inadecuado de los antibióticos en personas y animales puede hacer que las bacterias se vuelvan resistentes a futuros tratamientos.

Por otra parte, sobre los antibióticos el PRAM también señala que las deficiencias en materia de prevención y control de infecciones aumenta el proceso de resistencia a los antibióticos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala las siguientes medidas a adoptar para reducir su impacto y limitar su propagación:

  • Lavarse las manos con frecuencia.
  • Practicar una buena higiene de los alimentos.
  • Evitar el contacto directo con personas enfermas.
  • Cumplir puntualmente con el calendario de vacunas.

Para terminar, El Boticario en Casa os recuerda que los antibióticos no valen para todo. Solo tratan infecciones bacterianas, no alivian el dolor ni la fiebre y deben utilizarse siempre bajo prescripción médica o veterinaria.

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