La salud es un tema trascendental para las personas y actualmente aumenta la tendencia de observarla desde una perspectiva integral. En este contexto, el ámbito afectivo, psicológico y social de los niños y las niñas en las primeras etapas de existencia cobra cada día más relevancia.

Los tres primeros años de vida son vitales en el desarrollo de la salud mental de las personas. Por eso, es esencial poner especial atención al desarrollo afectivo de los bebés. De tal forma que la influencia de los vínculos afectivos establecidos en esta etapa es fundamental para asegurar un crecimiento social y afectivo, que integre todas las potencialidades de los niños y las niñas.

En definitiva, para que los niños y niñas puedan crecer de una manera sana, necesitan relaciones de apego seguras, afectivas y estables con otras personas.

Informe de Unicef sobre la importancia del desarrollo afectivo de los bebés

Sobre la importancia del desarrollo afectivo de los bebés, Unicef, en su informe titulado “La primera infancia importa para cada niño”, asegura que “Los primeros momentos de la vida de un niño son importantes y tienen repercusiones que pueden durar toda la vida. Algunos de estos momentos pueden parecer triviales: podrían consistir en una sonrisa afectuosa, un abrazo reconfortante o en jugar a esconderse y reaparecer para hacer reír al bebé”.

Los primeros momentos son vitales para el desarrollo afectivo del bebé

Y añade sobre este asunto que “otros momentos parecen más complejos: velar por que los niños tengan la mejor nutrición posible, brindarles protección contra la violencia o el abandono y participar en actividades que estimulen su mente e imaginación. Independientemente de la importancia que les otorguemos, estos momentos pueden alterar el desarrollo del cerebro del niño y, como consecuencia, incidir en su salud, su felicidad y su capacidad de aprendizaje. Incluso pueden incidir en la cantidad de dinero que ganará el niño cuando llegue a la edad adulta”.

El progresivo desarrollo afectivo del bebé

Dicho esto, es importante mencionar que las emociones que los bebés pueden sentir y experimentar se desarrollan progresivamente. De tal manera que desde muy pequeños tienen capacidad para distinguir y expresar muchas de ellas. ¡Incluso antes de nacer! Y es que existen las emociones del bebé en el vientre.

Ya cuando son bebés, y como muchos y muchas habréis podido comprobar, no muestran sus reacciones de manera directa, sino indirectamente con inquietud, el llanto, la dificultad en la respiración, etcétera.

desarrollo socioafectivo del bebé

La firma Chelino, que fabrica productos de alta calidad para cuidar y proteger al bebé y que se pueden encontrar en El Boticario en Casa, explica que “en cada paso que den puede pasar del llanto a la risa en muy poco tiempo y sin ninguna explicación”. Esto se debe a que viven las emociones de una manera muy intensa y cambian con mucha frecuencia. “Con el tiempo, la maduración y aprendizaje podrán adquirir mecanismos tranquilizadores que les ayudarán a autorregularse”, concluye.

Etapas afectivas de los bebés

A continuación, y gracias a Chelino, os vamos a detallar cuáles las etapas del desarrollo afectivo de los bebés, con el objeto de que conozcáis cómo van a ir evolucionando las emociones en vuestros hijos.

Desarrollo socioafectivo de 0 a 3 meses

Es el momento de las llamadas emociones de supervivencia, que son la tristeza, el interés y el disgusto o desagrado.

Poco a poco se van haciendo más comunicativos y empiezan a ser muy expresivos tanto con la cara como con el cuerpo y son capaces de reconocer la alegría y el enfado en otras personas. En esta etapa de desarrollo socio-afectivo de 0 a 3 meses, comienzan a imitar nuestros movimientos y expresiones faciales, entre ellos, la sonrisa. En estos primeros meses aparece la sonrisa social, es decir, una sonrisa con finalidad comunicativa, usándola más con padres y cuidadores que con el resto de personas de su entorno.

Desarrollo socioafectivo de 4 a 8 meses

En este periodo de tiempo la sonrisa es la reina de la casa. Con cuatro meses sonreirán ante la visión de la cara de sus padres y más adelante lo harán cuando tocan sus juguetes u objetos a los que sienta apego.  Ya es el momento en el que pueden diferenciar entre un gesto de enfado y de tristeza.

La sonrisa en el desarrollo afectivo del bebé

Ya en el quinto mes comienzan a sentir interés hacia otros estímulos que los rodean y surge la sorpresa cuando, por ejemplo, esperan una sonrisa y observan una cara de enfado.

En el séptimo mes comienzan a distinguir las emociones positivas de las negativas, y muestran ansiedad cuando se enfrenta a estímulos desconocidos.

El mes octavo es en el que suele aparecer en las emociones del bebé el sentimiento de miedo. Además, ya son capaces de reconocer los rostros de sus papis y las personas con quienes conviven. Por este motivo, las caras nuevas les pueden provocar cierto miedo. Así, es muy normal que en esta etapa de desarrollo socioafectivo reaccionen llorando o agarrándose a un adulto como una manera de buscar seguridad.

Desarrollo socioafectivo de 1 a 3 años

Es la etapa de desarrollo socioafectivo que corresponde al desarrollo de las emociones secundarias o complejas: empatía, deseo, odio, vergüenza, culpa …

Durante el primer año aparecen las emociones empáticas. ¿A quién no le ha pasado que su peque rompe a llorar simplemente al ver a otro niño hacerlo, sin que exista otro motivo?

Las emociones del bebé aparecen muy pronto

Aproximadamente a los dos años de edad, los bebés ya pueden imitar la expresión facial de emociones básicas (rabia, alegría, tristeza, sorpresa, asco, sorpresa). En esta etapa, adquiere enorme importancia el juego simbólico, sobre todo a partir de los 3 años, cuando los peques empiezan a relacionarse más con su entorno.  Les gusta y divierte jugar a ser otros. Esto les ayuda a entender mejor lo que sucede a su alrededor.

Estas etapas del desarrollo afectivo de los bebés, por supuesto, tienen carácter orientativo. No olvidemos que cada persona es un mundo y cada niño más aún. Ellos tienen su ritmo propio e individual de desarrollo, que puede coincidir o no, con el de los otros peques. Los padres que tienen más de uno lo entenderán.

Cómo interactuar con nuestro bebé

Sabemos que los seres humanos nos comunicamos no sólo a través del lenguaje, sino también a través de nuestros gestos y nuestra conducta. En estas edades la sonrisa y nuestros gestos faciales son unas importantísimas vías de comunicación entre el bebé y los papis. Las emociones del bebé son muy importantes.

De esta forma, las tres reglas básicas para interactuar con nuestro bebé durante las primeras semanas y meses de vida son: Mirar, sonreír y acariciar. Nuestra atención, nuestra mirada, le hace sentir seguro, atendido, e incluso “escuchado”.

El tacto, esencial en el desarrollo afectivo del bebé

El tacto sirve para transmitirle calma, amor, se sienten cuidados. A la vez, le enseñamos que a través del tacto se comparten emociones.

Y por supuesto la sonrisa, siempre una sonrisa. Como hemos apuntado más arriba, la sonrisa es una de las primeras conductas sociales, relacionadas con las emociones del bebé, que nuestro hijo nos devolverá de manera voluntaria, por tanto, ¡sobran las razones!

Por último, es importante destacar que los padres tenemos la responsabilidad de acompañar y ayudar a desarrollar adecuadamente el aprendizaje emocional de nuestros hijos. Un buen desarrollo de las emociones del bebé le proporcionará los pilares básicos para su desarrollo cerebral y su buena adaptación social. El Boticario en Casa pone su granito de arena con una gran selección de los mejores productos para el cuidado del bebé, para que les proporcionéis todo el cariño y el amor que necesita. ¡Mírale, sonríele, acaríciale! ¡Cuídale!

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