Cuando uno está en la en la cama después de una noche de juerga y nota que la cabeza está golpeando como un martillo y el estómago se siente como si se hubiese subido en una montaña rusa 20 veces en la primera fila, la pregunta que viene a la mente es “¿por qué bebí tanto?” ¡Qué pronto nos olvidamos de lo mal que sienta una resaca!…

No importa cuántas veces te dices a ti mismo que nunca más beberás. Una velada con demasiado alcohol suele provocar que al día siguiente nos encontremos mal. Conviene saber que:

“la resaca no se cura en dos minutos con la ingesta de un remedio milagroso”


El alcohol es una sustancia que cuando se toma en cantidades excesivas puede producirnos intoxicación ya que nuestro cuerpo tiene capacidad para metabolizar una cantidad de alcohol determinada. Si bebemos más de lo que podemos metabolizar es cuando empiezan los problemas y los efectos no deseados.

En cualquier caso, existen algunos trucos que pueden ayudar a superar esos momentos de crisis:

  • Dormir: Lo más importante es guardar reposo. Un buen sueño reparador ayuda eficazmente a recuperarse
  • Beber abundante agua: se puede prevenir la resaca bebiendo un buen vaso de agua antes de comenzar a ingerir alcohol. Por supuesto, no se trata de la panacea, pero ayuda bastante. En efecto, la eliminación de las toxinas del alcohol requiere bastante agua en el organismo y el vaso de ayuda mucho en esta tarea de purificación.
  • Beber infusiones: infusiones de hierbas como el hinojo, la menta o la manzanilla que suaviza, calma y relaja el estómago, haciendo maravillas para combatir el dolor de cabeza y la indigestión, especialmente si se endulza con miel. Además la miel satisface el gusto por el dulce, porque puede haber una disminución de los niveles de azúcar en la sangre
  • Nunca te excedas con la cafeína. En cambio puedes tomar bebidas isotónicas que ayudan a reponer los electrolitos que el cuerpo necesita para rehidratarse.
  • Comer algo ligero: al estómago, normalmente castigado en estas circunstancias, se le puede ayudar eficazmente tomando una comida ligera. Pero sobre todo se debe evitar volver a beber alcohol, puesto que el alcohol del día siguiente sólo consigue agravar las cosas.
  • Ingerir huevos: si la resaca es muy fuerte y no se puede soportar estar de pie más de cinco minutos, lo que se necesita es un desayuno rápido a base de huevos. Tienen gran cantidad de cisteína, un aminoácido que actúa como una depuradora.
  • Beber zumo de tomate: cuando se bebe alcohol, se eliminan electrolitos, que mantienen el equilibrio de fluidos. Cuando los niveles bajan, aparece el dolor de cabeza, la fatiga y las náuseas. El zumo de tomate contiene estos minerales en abundancia, así que lo que se receta es un “Virgin Mary” (o lo que es lo mismo, un Bloody Mary sin alcohol).
  • Menta: popular para tratar los mareos y las náuseas, la menta actúa como un ligero anestésico para las paredes estomacales. También se pueden tomar las cápsulas de aceite de menta, el té o los caramelos, que también se ocupan del aliento alcohólico.
  • Plátano: parece haberse demostrado que altas dosis de vitamina B6 reducen los síntomas de la resaca. Un plátano tiene la mitad de la dosis diaria recomendada (DDR) de B6. También es una gran fuente de potasio.
  • El ejercicio hará que el cuerpo se deshaga de las toxinas aumentando la circulación, recibiendo sangre y enviando oxígeno al cerebro, en donde más se necesita.
  • Para concluir, conviene dejar de lado definitivamente las mezclas caseras a base de café y sal (que hacen más daño que otra cosa).

Ciertamente, el único remedio eficaz para evitar las consecuencias de haber bebido demasiado alcohol es la moderación, así que no lo olvides: disfruta las fiestas sin pasarte.

 

 

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